Es una golosina utilizada durante el día de muertos. Tiene forma de cráneo y su tamaño varía: hay calaveras de 2 y hasta de 20 cm., aunque el tamaño más usual es el de 6 cm.
Está hecha de azúcar de caña, chocolate o amaranto y adornada con líneas en zigzag de otro dulce con tinte vegetal, comúnmente de verde, azul, amarillo o rojo. Lleva además papeles de brillo metálico en esos mismos colores y en la frente suele llevar escrito el nombre de una persona estimada, generalmente viva.
En la elaboración de estos dulces se usan moldes de barro a los que se les agrega el azúcar fundido a más de 100 grados centígrados, que al enfriarse se cristaliza.
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