domingo, 24 de octubre de 2010

LOS EXPEDIENTES X O LA SERIE REVOLUCIONARIA


Fox Mulder y Dana Scully son dos agentes del FBI encargados de resolver casos atípicos, frecuentemente relacionados con abducciones extraterrestres y fenómenos paranormales. Estos personajes representan dos puntos de vista completamente opuestos: mientras que Mulder es un creyente de que la ciencia no puede explicar todo lo que pasa en este universo, Scully sostiene que todos los sucesos "inexplicables" sí pueden encontrar respuestas lógicas dentro del saber científico.
Esta es la base de Los expedientes X (1993-2002), una serie de culto que vino a cambiar la forma de hacer televisión. Su propuesta original consistía en darle una base científica a todos los fenómenos generalmente relacionados con avistamientos de OVNIS y relatos de terror; por tanto, la función  del personaje de Scully  era volver creíble lo inverosímil. No obstante, esta propuesta realista no pareció satisfacer mucho a la audiencia de la época: el rating de la primera temporada llegó a ser ta bajo que se consideró cancelar la serie. Afortunadamente, su creador, Chris Carter, logró convencer a los ejecutivos de la Fox, quienes le permitieron grabar una segunda temporada.
Y allí comenzó todo. Sin perder el enfoque científico, Carter procuró enriquecer la incipiente mitología de la serie: si bien sabíamos que las razones de Mulder para creer se relacionaban con la posible abducción de su hermana y que había sujetos dentro deli gobierno que trataban de esconder de la opinión pública la existencia de extraterrestres, lo cierto es que el desarrollo a fondo de esta mitología comenzó en 1994, con la segunda temporada.
Hay que decir que esto también se dio casi por accidente: hacia el final de la primera temporada, la actriz Gillian Anderson anunció estar embarazada, lo que dificultaría las grabaciones del programa. Por esta razón, los escritores decidieron que Scully debía ser abducida en los primeros capítulos de la segunda temporada, limitand su participación durante la parte más notoria de su embarazo. Este secuestro se constituiría como una de las principales bases de la mitología del programa.
La afición conspiracionista del estadounidense promedio encontró eco en las propuestas de la serie: en el programa, el gobierno experimentaba con teconología alienígena, desarrollaba híbridos humano-extraterrestres, inventaba historias para mantener desinformado al público.... Todo esto envuelto en un clima de misterio que lograba mantener el interés de los televidentes, a pesar de que resultaba obvio el hecho de que, mientras más avanzaba la serie, más preguntas se generaban sin que antes se hubieran resuelto las interrogantes anteriores.
Otra razon que explica el éxito de la serie son sus peronajes: Mulder es un antihéroe, un inadaptado, objeto de la burla de sus compañeros de trabajo, incapaz de relacionarse con los demás por lo que se expresa sarcásticamente de las otras figuras de autoridad que aparecen (policías, agentes del FBI, diplomáticos, etc.), además de sus aficiones a las películas pornográficas y a dormir en un sofá en lugar de su habitación. Scully, por el contrario, es fría, objetiva, criada en un ambiente sano pero rígido. La tensión sexual que generan los dos personajes juntos generó todavía más interés en la audiencia: todos deseábamos ver a Mulder y Scully involucrados en una relación menos profesional, más íntima.
Lamentablemente, con el paso del tiempo la serie vino a menos. La falta de respuestas cansó al público, los episodios cómicos que nada contribuían al programa se multiplicaron, los episodios relacionados con la mitología cada vez eran más escasos... David Duchovny (Mulder) se cansó de su personaje y quiso probar suerte en el cine, por lo que su personaje es abducido al final de la séptima temporada. El actor tuvo algunas apariciones hacia el final de la octava y un año más tarde apareció en el último episodio.
La introducción de personajes nuevos, acompañado de la desaparición del protagonista del programa, únicamente empeoró la situación. El rating cayó durante esos últimos dos años, manteniéndose en un nivel aceptable sólo gracias a la devoción de algunos fanáticos. Finalmente, ocurrió lo inevitable: la serie llegó a su fin después de nueve temporadas, proporcionando apenas unas cuantas mediocres respuestas a sus interrogantes.
Lo cierto es que la mayor parte de dichas respuestas habían sido dadas en la temporada cinco, antes de su primera película, y no generaron gran emoción: la típica invasión extraterrestre, el grupo de humanos que pacta para mantener sus privilegios una vez que la especie entera se halle sometida, el virus alienígena, Roswell.... ideas faltas de imaginación, trlladas, simples clichés.
Un triste final para una serie que estableció nuevos parámetros en la televisión norteamericana.

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