lunes, 11 de octubre de 2010

DE ÁNGELES ENIGMÁTICOS: METATRÓN


Cuando se piensa en figuras celestiales del judaísmo y cristianismo, resulta fácil evocar a arcángeles como Miguel y Rafael. No obstante, una enigmática figura llama la atención por su importancia y, al mismo tiempo, poco reconocimiento: se trata del ángel Metatrón.
Proveniente de la tradición judía (aunque no se hace referencia a él en sus libro sagrados, el Tanaj), Metatrón fue incorporado por algunas ramas del cristianismo dentro de su jerarquía celestial. No existe consenso respecto a su identidad u origen: para algunos se trata de Enoc, padre de Matusalén y bisabuelo de Noé, quien al morir fue convertido en ángel, asignándosele el puesto de ayudante de Yahvé; también se le convirtió en el patrono de todos aquellos que desean estudiar el Torá. Para otros, su importancia era tal que se le llamaba el "Yahvé menor".
Según el Talmud, era el escribano encargado de registrar todos los hechos del pueblo de Israel. Por ello, se le permitía permanecer sentado, acción vedada para todos los demás ángeles ya que se supone que el único ser que debe sentarse allí es Dios.
Otras figuras del judaismo afirman que la función de Metatrón es la de ser el portador del mensaje divino a los demás ángeles: Yahvé no habla directamente con las otras figuras celestiales sino que usa a este ángel para dar órdenes. Por esto, algunos lo nombran "la voz de Dios".
El Zohar (libro central de la corriente cabalística) identifica a Metatrón como el ángel que guió a los israelitas a través del desierto.
En las primeras escrituras cabalística se dice que este ángel creó el denominado "Cubo de Metatrón" a partir de su propia alma. Se trata de un cuerpo geométrico que consta de trece círculos (los cuales a su vez representan la fruta de la vida), conectados a través de 68 líneas rectas, y que sirve como protección contra demonios.
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