Los instrumentos provistos de pinchos en su interior han sido en distintas épocas muy útiles para torturar. Uno de los más conocidos es el cilicio de pinchos.
De origen probablemente francés o español, este cilicio fue utilizado entre los siglos XVIII y XIX. Se trata de un sencillo cinturón hecho de malla de alambre espinoso con casi 220 puntas de hierro dirigidas hacia dentro. Ceñido en torno la víctima, rápidamente lacera la carne con cada pequeño movimiento, con la simple respiración; luego sobreviene la infección, la putrefacción y la gangrena.
Cabe aclarar que este tipo de instrumentos no sólo se usan como tortura, sino también para la automortificación de miembros de algunas órdenes religiosas.
1 comentario:
yo los uso, de verdad te libran de tus pecados. duele al principio pero Dios me quita el dolor creo que soy su elegido.
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