martes, 5 de octubre de 2010

ALGUNAS LEYENDAS DEL PANTEÓN DE BELÉN


El vampiro
Hace muchos años llegó un hombre misterioso a la ciudad de Guadalajara. El hombre vestía de negro y sólo salía por las noches. Desde su llegada a la ciudad empezaron a suceder cosas muy extrañas: aparecieron animales muertos a los cuales les habían succionado hasta la última gota de sangre. Al pasar los días, comenzaron a encontrarse cadáveres de jóvenes que tenían como hábito estar en la calle hasta la madrugada..
Se empezó a correr el rumor de que había un vampiro suelto en la ciudad.  Un grupo de personas emboscó al vampiro y le clavaron una estaca en el corazón. Para asegurarse de que no resurgiera, lo llevaron al Panteón de Belén, donde le colocaron una lápida de cemento muy gruesa que le impediría salir.
Al día siguiente los ciudadanos fueron a ver la tumba del vampiro y se dieron cuenta que la estaca de un día a otro se transformó en un árbol gigante que rompió parte de la tumba. La leyenda dice que cuando el árbol rompa completamente la tumba, el vampiro renacerá para aterrorizar nuevamente a los habitantes de la ciudad de Guadalajara; también dicen que si cortas una parte de las raíces del árbol o de su corteza, el árbol sangrará.

El niño que tenía miedo a la oscuridad
Ignacio era un niño con un terrible miedo a la oscuridad. siendo sólo un bebé, aborrecía que apagaran las luces, por lo que sus padres siempre procuraban mantenerlas prendidas. Desafortunadamente, después de cumplir un año Ignacio murió. Su cadáver fue sepultado en el Panteón de Belén.
Al día siguiente del entierro, los encargados del cementerio se sorprendieron al ver que la tumba del niño estaba abierta y colocaron la lápida en su lugar. Pero este fenómeno se repitió durante diez días seguidos.
Los papás comentaron a los vigilantes del cementerio la fobia padecía su hijo. Por lo tanto, decidieron poner en alto la tumba del niño para que no estuviera debajo de la tierra.

Las tres tumbas
Al fondo del panteón se encuentran tres tumbas alineadas muy cerca de un nopal. La leyenda dice que si uno pasa sobre éstas, los fantasmas de las personas ahí enterradas van a la casa del transgresor y le jalan los pies.

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