UBICACIÓN: Calle Cabañas #8, plaza tapatía, Colonia Centro.
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Edificio de estilo neoclásico que fungió durante mas de un siglo y medio como hospicio. Actualmente es sede del Instituto Cultural Cabañas, centro artístico de gran importancia en Guadalajara. Fue declarado en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Este edificio cuenta con una superficie de 23,447.90 metros cuadrados. En él hay 23 patios, 106 cuartos, 72 pasillos y dos capillas. El frontón del pórtico es triangular. El conjunto arquitectónico fue concebido para satisfacer las necesidades de los asilados. Adicionalmente, resulta notable la sencillez de su trazado y sus dimensiones, así como la armonía lograda entre el edificio y sus espacios al aire libre.
Su construcción comenzó en 1805 a pedido del obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, quien requería de un lugar para dar albergue a huérfanos, ancianos y desamparados; además, el eclesiástico buscaba que dicho sitio fungiera como escuela. Don Manuel Tolsá, uno de los mejores arquitectos y escultores españoles de la época, se encargó de erigir el lugar.
En 1810, la "Casa de la misericordia" (nombre original del hospicio) abrió sus puertas para recibir a huérfanos y desvalidos. Sin embargo, al poco tiempo enfrentó la realidad de la guerra de Independencia. Miguel Hidalgo había respetado el lugar, no así el brigadier José de la Cruz, quien al recuperar Guadalajara, echó a la calle a sus inquilinos y lo convirtió en ciudadela.
En 1829, el edificio reanudó su misión caritativa. Dieciséis años después, en 1845, el proyecto original de construcción fue terminado y el sitio recibió el nombre de "Hospicio Cabañas", en honor a su fundador. En este inmueble se firmaron, en 1834, el acta de desconocimiento de Santa Anna y, en 1852, el Plan del Hospicio para su retorno al poder.
A pesar de que en la época de la Revolución Mexicana el Hospicio estuvo en circunstancias similares a las de la Independencia, pudo conservar a 770 asilados. Una vez que la lucha armada termino, el Hospicio Cabañas continuó operando con normalidad hasta 1982, cuando el lugar cerró sus puertas y los niños asilados se trasladaron a nuevas instalaciones.
En 1983, abre sus puertas nuevamente, esta vez como el Instituto Cultural Cabañas, dedicado a la promoción y difusión cultural. El Instituto cuenta actualmente con salas de exhibición para pintura, fotografía y escultura; videosala y talleres para niños, jóvenes y adultos.
Mención aparete merecen los murales que adornan el lugar, pintados entre 1937 y 1939 por el artista jalisciense José Clemente Orozco. A lo largo de casi dos años, Orozco pintó 53 murales en paredes, bóveda y cúpula de la capilla. En ellos, se observan distintos momentos de la Historia de México, desde la vida prehispánica hasta su tiempo; además abordó la fundación de Guadalajara. El más conocido de estos murales es sin duda "El Hombre en llamas", que presento a continuación:
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En 1810, la "Casa de la misericordia" (nombre original del hospicio) abrió sus puertas para recibir a huérfanos y desvalidos. Sin embargo, al poco tiempo enfrentó la realidad de la guerra de Independencia. Miguel Hidalgo había respetado el lugar, no así el brigadier José de la Cruz, quien al recuperar Guadalajara, echó a la calle a sus inquilinos y lo convirtió en ciudadela.
En 1829, el edificio reanudó su misión caritativa. Dieciséis años después, en 1845, el proyecto original de construcción fue terminado y el sitio recibió el nombre de "Hospicio Cabañas", en honor a su fundador. En este inmueble se firmaron, en 1834, el acta de desconocimiento de Santa Anna y, en 1852, el Plan del Hospicio para su retorno al poder.
A pesar de que en la época de la Revolución Mexicana el Hospicio estuvo en circunstancias similares a las de la Independencia, pudo conservar a 770 asilados. Una vez que la lucha armada termino, el Hospicio Cabañas continuó operando con normalidad hasta 1982, cuando el lugar cerró sus puertas y los niños asilados se trasladaron a nuevas instalaciones.
En 1983, abre sus puertas nuevamente, esta vez como el Instituto Cultural Cabañas, dedicado a la promoción y difusión cultural. El Instituto cuenta actualmente con salas de exhibición para pintura, fotografía y escultura; videosala y talleres para niños, jóvenes y adultos.
Mención aparete merecen los murales que adornan el lugar, pintados entre 1937 y 1939 por el artista jalisciense José Clemente Orozco. A lo largo de casi dos años, Orozco pintó 53 murales en paredes, bóveda y cúpula de la capilla. En ellos, se observan distintos momentos de la Historia de México, desde la vida prehispánica hasta su tiempo; además abordó la fundación de Guadalajara. El más conocido de estos murales es sin duda "El Hombre en llamas", que presento a continuación:
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