En diciembre del año pasado leí esta novela de Haruki Murakami en sólo una tarde y quedé fascinado. Si lo hubiera hecho diez o quince años antes no la habría apreciado de igual forma. ¿Por qué? Porque habla de sueños perdidos, relaciones frustradas y el típico "¿qué hubiera pasado si...?" que los seres humanos comenzamos a plantearnos una vez que nos aproximamos a los treinta.
Hajime, el protagonista del libro, es un hombre de treinta años, aparentemente feliz: lleva una vida cómoda, es dueño de dos clubes de jazz (y le fascina su trabajo), tiene una esposa inteligente y se podría afirmar que atractiva, tiene dos hijos a los que ama y él mismo se encuentra consciente de lo afortunado que es, después de haber pasado por tiempos difíciles y laborar en trabajos monótonos y odiosos.
Sin embargo, hay algo que está terriblemente mal y él lo sabe, detrás de esa dicha hay un vacío, le falta algo. Y él entiende de qué carece cuando se reencuentra con Shimamoto, su compañera de la infancia, una chica con la que convivió muy poco tiempo pero que dejó sentimientos muy profundos en él... tan profundos que Hajime está dispuesto a poner en riesgo su estabilidad y la felicidad de sus seres queridos por una mujer que parece inaprensible, distante, alguien que puede ser real o un simple producto de su imaginación, soledad y culpa.
Una novela que pone el dedo en la llaga, que muestra los amores perdidos y las promesas rotas de Hajime... y del lector (todos tenemos una persona con la cual nunca pudo darse una relación y que quizás era la indicada para uno). Un libro absolutamente recomendable.
Hajime, el protagonista del libro, es un hombre de treinta años, aparentemente feliz: lleva una vida cómoda, es dueño de dos clubes de jazz (y le fascina su trabajo), tiene una esposa inteligente y se podría afirmar que atractiva, tiene dos hijos a los que ama y él mismo se encuentra consciente de lo afortunado que es, después de haber pasado por tiempos difíciles y laborar en trabajos monótonos y odiosos.
Sin embargo, hay algo que está terriblemente mal y él lo sabe, detrás de esa dicha hay un vacío, le falta algo. Y él entiende de qué carece cuando se reencuentra con Shimamoto, su compañera de la infancia, una chica con la que convivió muy poco tiempo pero que dejó sentimientos muy profundos en él... tan profundos que Hajime está dispuesto a poner en riesgo su estabilidad y la felicidad de sus seres queridos por una mujer que parece inaprensible, distante, alguien que puede ser real o un simple producto de su imaginación, soledad y culpa.
Una novela que pone el dedo en la llaga, que muestra los amores perdidos y las promesas rotas de Hajime... y del lector (todos tenemos una persona con la cual nunca pudo darse una relación y que quizás era la indicada para uno). Un libro absolutamente recomendable.
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