En 1997, MTV produjo uno de sus mejores y más atípicas animaciones: Daria. El personaje principal de la serie, una adolescente desaliñada, inexpresiva, cínica, inteligente y que constantemente desafía a la autoridad, había aparecido antes en la exitosa serie Beavis & Butthead, donde apenas se llegó a observar un poco de su sarcástica personalidad. Esto vino a cambiar con la aparición de su propio programa.
Daria Mongerdorffer representa el inconformismo inteligente y la apatía de las nuevas generaciones, además de tratarse de la única voz coherente en un mundo idiota dominado por los padres carentes de interés por sus hijos, los quarterbacks y las porristas retrasadas y los maestros amargados. Daria y su única amiga, Jane Lane, enfrentan día a día, con sorna el reto de vivir en Lawndale, un pueblo representativo de EUA, donde los inteligentes son vistos como "bichos raros" que deben ser envíados al psiquiatra mientras que los imbéciles son dignos de admiración.
La postura crítica del programa no hace concesiones. Desmenuza el complejo entramado social de los adolescentes norteamericanos y establece una analogía entre las estructuras de poder de la escuela con la forma en la que está organizado el mundo adulto: los grupos (el club de modas, el equipo de futbol americano, las porristas, la corrupta directora de la escuela) que se oponen al sentido común de Daria y todo lo que ella representa, encuentran su igual en la realidad fuera del instituto (los adultos que normalmente aparecen en el programa son también estúpidos, autoritarios y deshonestos).
Así, a lo largo de sus cinco temporadas, los televidentes aprendimos a observar el mundo a través de los ojos de su protagonista, una mirada que no es sombría sino llena de realismo. Tras su aparente desencanto, Daria es una optimista que aún cree que las cosas pueden mejorar... cuando llegue a la universidad. Ella en definitiva representa mi ideal de mujer.
Aquí dejo el episodio piloto de la serie por si alguien quiere verlo.
Un lector ha comprado la nueva novela de Italo Calvino titulada Si una noche de invierno un viajero… así es como empieza el libro en cuestión. En esta novela, el Lector (convertido en personaje) comienza a leer la obra de Calvino,pero por problemas de edición el texto se encuentra incompleto, por lo que comenzará una aventura que lo hará recorrer diversos escenarios para poder terminar la novela. En su camino se encontrará con más textos, todos ellos igual de apasionantes que el primero… y todos inconclusos.
Esta es la premisa de la que parte Calvino para hacernos partícipes de uno de los textos más palpitantes de la literatura italiana del siglo XX. Se trata de una travesía metaliteraria (es decir, literatura que habla de literatura o literatura dentro de la literatura), donde somos testigos de diez comienzos de novela completamente diferentes: hay una novela de sospechas y confusión, una de sensaciones, una introspectiva y simbólica, una revolucionaria existencial, una cínico-brutal, una de manías obsesivas, una lógica-geométrica, una erótico-perversa, una telúrico-primordial y una apocalíptica alegórica. Todas están narradas en primera persona, en todas el narrador trata de plasmar lo que busca producir en el lector, hablándole directamente a éste.
Paralelo a los inicios de novelas (todos llevan un título diferente) corre la historia del Lector, la única novela que tiene, además de un comienzo, un nudo, un clímax y un desenlace. Esta trama resulta igual de emocionante que los textos que el personaje lee, pero además sirve para reflexionar acerca de la relación que existe entre lector y libro.
Quizás lo anteriormente expuesto genere la idea de que la novela de Calvino es un texto difícil de abordar o incomprensible para el lector promedio; nada más alejado de la realidad. Uno de los mayores méritos del libro reside en la sencillez de su lenguaje y en el interés que la narración genera en el lector. Tal vez el escritor italiano trate ideas complejas, pero lo hace a partir de exposiciones simples y jamás olvida la función de esparcimiento que el texto literario debe cumplir.
Es precisamente la unión de profundidad y entretenimiento lo que convierte a Si una noche de invierno un viajero… en un libro indispensable para todos aquellos que amamos la literatura.
Es curioso, pero al parecer el demonio Astaroth se ha puesto de moda entre los jóvenes. He escuchado por lo menos a diez alumnos hablar de querer invocarlo y otros siete han mencionado que algún conocido ya lo hizo (¡sí, claro!). Esto incita a formular la pregunta obvia: ¿al menos saben quién es Astaroth? Creo conocer la respuesta y como me gusta que la función de este blog sea principalmente informativa, aquí vamos:
Astaroth ocupa un puesto privilegiado en la primera jerarquía del infierno, junto a Lucifer y Belcebú. Su título nobiliario es el de "gran duque de los infiernos" (archiduque del occidente de los infiernos) y preside 40 legiones. Ocupa el cargo de tesorero, por lo que normalmente se le asocia con hombres de negocios. Se vale de la vanidad y la pereza para seducir a los seres humanos. De acuerdo con el mago Francis Barret, Astaroth es el príncipe de los acusadores e inquisidores. Algunos de sus poderes son: poder ver el presente, el pasado y el futuro; detectar los deseos secretos de las personas y dar protección a los grandes.
Usualmente es descrito como un hombre desnudo, con manos y pies de dragón, con dos pares de alas y una corona; cabalga sobre un perro y sostiene en su mano izquierda una serpiente. Algunos especialistas señalan que su hedor es tan repulsivo que quien lo convoque debe usar un anillo de plata colgado de la nariz; sólo de esta forma podrá soportar su olor.
Le encanta hablar acerca de la caída de los ángeles y alega que su expulsión fue injusta, por lo que algún día volverá a ocupar su sitio como príncipe de los Tronos.
Según el Grimorium Verum (libro en el cual figuran 18 marcas o signos demoníacos para someter a las potencias infernales), Astaroth reside actualmente en América.
Rodrigo de Borja (1431-1503), más conocido como Alejandro VI o el Papa Borgia, ocupa un lugar privilegiado en los anales de la infamia del Vaticano y, al mismo tiempo, es recordado por un encargo artístico de gran trascendencia para el mundo católico: la reconstrucción de la Basílica de San Pedro.
Proveniente de una familia de notable linaje (su tío y pradre adoptivo era el Papa Calixto III), Borja obtuvo el puesto de cardenal a los 25 años y fue elegido Papa en 1492. Su papado osciló entre sus mayores vicios y sus virtudes más reconocidas: por una parte, utilizó su puesto de máximo jerarca de la iglesia para promover su vida de excesos y nepotismo, lo que lo llevó a asignarle cargos importantes en la política y la Iglesia a sus hijos ilegítimos (algunos dicen que era seis y otros historiadores establecen un número de ocho, pero la cantidad de hijos de Alejandro VI más aceptada por la mayoría de los especialistas es de seis); por otro lado, su tendencia liberal lo convirtió en mecenas de uno de los más grandes artistas del Renacimiento, Miguel Ángel.
Sus vicios se reflejan en su forma maquiavélica de urdir alianzas políticas: su hija más conocida, Lucrecia Borgia, era continuamente moneda de cambio para dichas alianzas; Alejandro VI casaba a su hija con una persona que pudiera significar de ayuda para sus planes. También es recordada la unión entre Alejandro VI y los reyes católicos de la Península Ibérica: el Papa logró el apoyo de Isabel y Fernando de España a cambio de que el pontífice estableciera las Bulas alejandrinas (1493), que reservaban para España las tierras descubiertas en América.
Sus virtudes lo encaminaron a encargar al artista Miguel Ángel los planos para la reconstrucción de la Basílica de San Pedro. Durante su papado, además, se dio la creación de la escultura en mármol de Miguel Ángel, La piedad.
Numerosas son las leyendas que circulan en torno a la familia Borgia: se dice que Lucrecia sostuvo una relación incestuosa con su padre y su hermano, César Borgia. También se dice que el segundo esposo de Lucrecia, Alfonso de Aragón, fue asesinado por César. Asimismo, la leyenda habla de que la muerte de Juan, el hijo favorito de Alejandro VI, fue también obra de César. Finalmente, el misterio y los rumores alcanzan la misma muerte de Alejandro VI, pues existen dos versiones enfrentadas acerca de su deceso: mientras que unos historiadores sostienen que el Papa Borgia falleció debido a la malaria, otros aseguran que fue envenenado por el propio César Borgia. o
Es irremediable: me había prometido no hablar de esta serie pero cedí a la tentación de finiquitar un ciclo ahora que se ha emitido el episodio final en el canal AXN. Recuerdo hace seis años cuando esta serie apareció en la televisión; en ese momento pensé: "esto es objeto de culto". Y resultó serlo: millones de espectadores observamos semana a semana las desventuras de los sobrevivientes del vuelo 815 en una isla misteriosa donde había un monstruo que derribaba árboles, osos polares corriendo en la selva y una escotilla escondida en la tierra.
La fórmula era sencilla pero eficaz: unos cuantos elementos extraños para amenizar el lugar y poner en peligro a quienes llegaron a él, servían de mera excusa para mostrarnos lo realmente interesante en Lost: sus personajes, seres humanos en toda su complejidad, llenos de virtudes y defectos, inadaptados, infelices, insatisfechos consigo mismos y con el mundo. En la isla, se nos presentaron de un modo, pero en sus vidas anteriores al accidente aéreo se dejaron ver de forma diferente, lo que en más de una ocasión sorprendió a los televidentes cuando tocó el turno de contar la historia de determinado personaje (piénsese en Michael, el afroamericano que en los primeros capítulos parecía ser un padre irresponsable, pero que en los flashbacks era un hombre deseoso de conocer y convivir con su hijo, algo que la madre siempre le negó).
Allí es donde entra en juego otro de los elementos que permitieron el éxito de Lost: su estructura. En la primera temporada cada capítulo correspondía a dos días en la vida de los personajes. Cada semana la historia seguía a uno de los sobrevivientes en el presente y en el pasado (a través de flashbacks) y se nos mostraban las decisiones que el personaje tuvo que tomar en dos diferentes épocas ante situaciones análogas. Así, acostumbrábamos ver a personas que en el pasado cometieron errores y en la isla tomaron decisiones correctas, pues la isla les enseña que sí pueden existir segundas oportunidades.
Con la segunda temporada, muchas personas se sientieron decepcionadas. Por un lado, algunos esperaban encontrar respuestas a las preguntas planteadas al principio y esto no sucedió; por otra parte, la serie se encaminó más a la ciencia ficción, lo que molestó a varios seguidores. En lo personal, debo admitir que la serie me seguía agradando a pesar de sus cambios. Por supuesto que la segunda temporada era inferior a la primera, pero mantenía un buen nivel. El problema vino con la tercera.
Para la tercera temporada, los productores alargaron la historia, haciéndola más repetitiva y proporcionando datos inútiles (¿a quién le importaba de dónde vino el tatuaje de Jack? ¿Tenían que dedicarle un episodio sólo a eso?). Ante la baja en la audiencia, los productores decidieron cuándo establecer un final y decidieron que sería en la sexta temporada. A partir de esta decisión, la tercera temporada mejoró llegando a un emocionante final de temporada en el que los televidentes nos dimos cuenta en la escena final que lo que habíamos observado durante ese doble capítulo no había sido el típico flashback que caracterizaba a la serie, sino un flashforward (un adelanto en el tiempo) que nos mostraba a algunos de los personajes fuera de la isla.
A partir de esta premisa, la cuarta temporada mejoró de forma considerable haciéndonos caer en el juego de la adivinanza: ¿qué personajes habían logrado salir de la isla y por qué otros no se marcharon? La cuarta temporada nos mostraba lo que pasaría en su último episodio y nos invitaba a verla completa para saber cómo se había llegado hasta este punto.
Para la quinta temporada, la idea principal consistía en ver qué había pasado con las personas que se quedaron en la isla y observar cómo los "seis de oceanic" (así eran conocidos los que lograron salir de la isla) regresaban a ella.
Y en la sexta temporada todo llega a un final. Los productores prometieron dar respuestas a casi todos los enigmas planteados por la serie... y lo cumplieron. La sexta temporada fue emocionante, con varias revelaciones y un manejo de un aparente flashsideway (un vistazo a una realidad alterna en la que el avión jamás se estrelló). Pero cabe preguntarse: ¿este final deja satisfechos a los seguidores? Mi respuesta en lo personal es NO. Hacia el final del quinto año se había comenzado a trabajar una mitología que en nada se parecía a lo tratado en las temporadas anteriores; dicha mitología es la que sirve de base a la sexta y última temporada de Lost. Las explicaciones que da la temporada final no parecen concordar con lo visto en las anteriores temporadas y parece que los escritores deseaban hacer encajar las piezas sueltas como fuera.
Respecto al último episodio de la serie fue lento, muy lento. Hubo pocas acciones. Algunos personajes se mostraron contradictorios sin razón (principalmente Ben). No hubo respuesta para algunos de los enigmas y, además, se generaron nuevas incógnitas que por supuesto no hallaron resolución; en el capítulo anterior se dieron algunas repuestas importantes pero en el episodio final no hubo una sola... un triste desenlace para una serie que arrancó de forma emocionante y fue cayendo poco a poco, a pesar de algunos intentos infructuosos de recuperar su lugar entre las mejores series de televisión de la última década.
Conozco muchas personas que jamás han escuchado hablar de Hellblazer, la novela gráfica de Alan Moore, pero sí han visto la película Constantine, el filme de Francis Lawrence que llegó a las salas de cine en 2005. Debo aclarar: la película y la novela gráfica poco tienen que ver. John Constantine y los personajes que habitan en su mundo son oscuros y demenciales, algo que Lawrence no logró plasmar en pantalla. Alan Moore (én otra ocasión hablaré de ese genio y su extraordinaria carrera) es un maestro de la decadencia, el apocalipsis y el lado oscuro del ser humano.
Si a alguien le interesa conocer al verdadero John Constantine, aquí dejo el link que un alumno me dio para leer los volúmenes de Hellblazer (gracias a Erick):
En diciembre del año pasado leí esta novela de Haruki Murakami en sólo una tarde y quedé fascinado. Si lo hubiera hecho diez o quince años antes no la habría apreciado de igual forma. ¿Por qué? Porque habla de sueños perdidos, relaciones frustradas y el típico "¿qué hubiera pasado si...?" que los seres humanos comenzamos a plantearnos una vez que nos aproximamos a los treinta.
Hajime, el protagonista del libro, es un hombre de treinta años, aparentemente feliz: lleva una vida cómoda, es dueño de dos clubes de jazz (y le fascina su trabajo), tiene una esposa inteligente y se podría afirmar que atractiva, tiene dos hijos a los que ama y él mismo se encuentra consciente de lo afortunado que es, después de haber pasado por tiempos difíciles y laborar en trabajos monótonos y odiosos.
Sin embargo, hay algo que está terriblemente mal y él lo sabe, detrás de esa dicha hay un vacío, le falta algo. Y él entiende de qué carece cuando se reencuentra con Shimamoto, su compañera de la infancia, una chica con la que convivió muy poco tiempo pero que dejó sentimientos muy profundos en él... tan profundos que Hajime está dispuesto a poner en riesgo su estabilidad y la felicidad de sus seres queridos por una mujer que parece inaprensible, distante, alguien que puede ser real o un simple producto de su imaginación, soledad y culpa.
Una novela que pone el dedo en la llaga, que muestra los amores perdidos y las promesas rotas de Hajime... y del lector (todos tenemos una persona con la cual nunca pudo darse una relación y que quizás era la indicada para uno). Un libro absolutamente recomendable.
"Nos hemos librado del amor como nos hemos librado de Cristo (...) Si volviera Jesús lo crucificaríamos en seguida en defensa propia, para justificar y preservar la civilización que hemos trabajado y sufrido y matado gritando y maldiciendo con rabia e impotencia y terror por dos mil años para crearla y perfeccionarla a imagen y semejanza del hombre; si volviera Venus sería un hombre que se masturba en una letrina del subterráneo." OOOOOOOOOOOOOWilliam Faulkner